Capturas librescas

Excursión a Pamplona, espléndida jornada soleada. Tras la visita al Museo de Navarra y la comida, tomo el sol en la Taconera mientras escucho el guirigay de las aves. Luego me acerco hasta el ReRead de la calle Zapatería. Salgo con tres capturas, por orden cronológico:

–Los cuadernos de Luis Vives, de Francisco Umbral, unas memorias de la primera juventud. Las memorias y los libros sobre literatura y literatos son lo que más me gusta de la obra umbraliana. Un Planeta en tapa dura.

–Diario de un hombre engañado, de Pierre Drieu La Rochelle. Un diario de cincuenta páginas y once relatos cortos. No consta la fecha del diario; grave, pero habitual fallo de edición. Creo que este libro ya lo tuve, y lo leí, pero ya no estaba en mi biblioteca y PDLaRochelle me encanta, aunque desconozco sus novelas.

–España clara, de Azorín. Otro volumen recopilatorio de artículos del maestro. Algunos ya los conocía. Se divide en cinco secciones: Regiones, Tipos, Oficios, Gastronomía y Nación. Incluye un Prólogo de altura.

Se anuncian lecturas placenteras, aunque las lecturas para mí siempre son placenteras. Total: 9 euros.

A la vuelta, una luna llena naciente sobre las montañas esclarece la ruta.

Lo malo pasa por bueno

DICEN que se lee poco. Pero eso no es lo más preocupante; lo más preocupante es que se lee malo. Y, aún peor, lo malo pasa por bueno.

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CONDENSABA tanto sus ideas que terminó por no tenerlas.

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CON el paso del tiempo memoria y sueño se entremezclan. Durante más de treinta años he estado persuadido de la realidad de un hecho que sólo era un sueño.  Ayer los dos protagonistas de mi sueño me lo confirmaron.

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EN el periódico de hoy un articulista analiza la encuesta que sitúa a Podemos como la segunda fuerza política del País Vasco, a escasa distancia del PNV y por delante de Bildu. La clave, dice, está en  el voto de los jóvenes. Es claro: los jóvenes no tragan con el sistema político que han heredado y que los condena a la precariedad o a la emigración. Es perfectamente lógico que se vuelquen en quienes les prometen, cuando menos, acabar con ese sistema. Luego está el desdén que sienten los jóvenes por los medios de comunicación tradicionales a favor de los digitales, algo que Podemos está manejando con mano experta. “El medio es el mensaje”. McLuhan no pierde actualidad.

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