Una mendiga

No suelo dar a los limosneros callejeros controlados por mafias. Pero esa mujer, casi una anciana, menuda, encogida, con un pañuelo de flores en la cabeza, sentada en el cemento del paseo, es demasiado vieja para estar ahí tirada. Aunque ese es su gancho laboral, claro.

Qué hijos de puta, pienso sobre sus amos mientras le doy una moneda, que ella agradece. Estas mafias, que llevan décadas funcionando en nuestras calles, son un ahorro para las administraciones. Es más rentable dejarlas funcionar y que las financie la gente al margen de impuestos.

La política de los mendrugos

El Gobierno Progre se ha especializado en la política de los mendrugos. La lista de los que improvisa e inventa cada día sería interminable. Citaré sólo los más recientes:

Zorras variadas, carteles de Semana Santa al gusto LGTBI+XYZ, la fachosfera, la derecha extrema, los niñes trans, los pellets, los árbitros comprados, el piquito de Rubiales, la futbolista que da las campanadas, la nieta probeta de la Obregón, el despido de Savater, la madre de Mbappé, la descolonización de los museos, el acceso al porno con DNI… Lo curioso es el gusto por los mendrugos que hay en el país.