Recupero este blog después de nueve años. Lo que va por detrás ya es historia, o intrahistoria, vete a saber. El caso es que ya tengo un blog –Las horas y los días, en blogspot.com — bastante viejo por cierto. Lo voy a mantener, más que nada como contenedor, como archivo de lo que voy publicando en Facebook. Es un archivo bastante deficiente, porque a lo largo del tiempo han desaparecido por arte de magia un escalofriante montón de imágenes, pero, en lo digital hay pocas seguridades, todo es muy volátil. Y uno, siquiera a base de multiplicarse, pretende dilatar lo más posible esta volatilidad. Sin embargo, me apetece tener un lugar sin imágenes, sólo textos. No serán textos demasiado largos, sino más bien notas, apuntes o microrrelatos. Pero, ¿no será excesivo manejar dos blogs? Es probable, será cuestión de probar.
Una vez que me haga con el manejo de esta plataforma es probable que elimine los comentarios. Soy consciente de que hacerlo me restará mucha audiencia, pero no estoy aquí para debatir ni, mucho menos, para sufrir boberías e impertinencias, sino para expresar lo mío con las menores interferencias posibles. Además, a estas alturas, no creo en los debates. Y hay mucho tonto suelto ansioso por tocarle las narices al prójimo. Yo no se lo voy a poner fácil.
En cualquier caso, si alguien quiere contactar conmigo, en esta misma entrada he dado el camino para hacerlo.
Cuadernos de Ancheta 