La prensa del corazón

La llamada prensa del corazón, a la que en España somos tan aficionados, es un canto a la monogamia. Nadie abandona a nadie si no tiene un recambio y apenas se conocen casos de relaciones múltiples.

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Consigo hojear dos o tres revistas del corazón antes de sentir nauseas. Me vencen la repetición y la machaconería de ver siempre a los mismos personajes. Pero antes de llegar a este punto la saturación de corrección política me regocija.

El piloto asesino

Asesinar a 150 personas no es suicidio. Es hijoputez.

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Ahora le van a echar la culpa de todo a su exnovia. Le van a destrozar la vida a la pobre. Algunos medios se frotan las manos. Y no sólo los sensacionalistas.

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El piloto asesino no debía sentir demasiado amor por sus padres. Ni por nadie que no fuera él.

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El ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor. Mucha gente se está jugando la vida en la operación de rescate.

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Si el piloto asesino hubiera sobrevivido le pondrían micrófonos delante para que nos contara lo suyo.

Egos, pochas y salsa verde

Hay que ver la de cosas que pasaron en este país el pasado día 22: elecciones andaluzas, ruptura entre Tania y Pablo y este edificante enfrentamiento entre dos reconocidos periodistas a cuenta del menú de una cena y sus respectivos exquisitos paladares. Alguien debería escribir un ensayo sobre periodismo contemporáneo y gastronomía en España. Ahí ha habido una burbuja como una catedral. Además de estos dos sugiero que se incluya también a S. Sostres.

Santiago González

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/elblogdesantiagogonzalez/2015/03/22/hace-falta-un-manifiesto.html

Arcadi Espada

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/elblogdesantiagogonzalez/2015/03/22/hace-falta-un-manifiesto.html

La cosa sigue por aquí:

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/elblogdesantiagogonzalez/2015/03/24/arcadi-toma-y-come-este-es-mi-cuerpo-la.html

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/elblogdesantiagogonzalez/2015/03/24/arcadi-toma-y-come-este-es-mi-cuerpo-la.html

Luis Antonio de Villena

Agradable sorpresa el libro de L.A. de Villena, Los días de la noche. Un libro de recuerdos, de memoria. Es sincero, atrevido y tierno. Al principio me parece extraño, pero enseguida empieza a gustarme. Escribe desde la libertad. Desvela una intimidad con delicadeza y gesto leve, elegante. Contrapone admirablemente melancolía y placer. Tiene autenticidad, una inocencia llena de ternura y ausencia de resentimiento. Todo ello muy de agradecer.

La casta literaria

¿Hay una casta literaria/ cultural además de la política? Yo creo que sí. Escritores, editoriales, medios, agentes. Hay un contubernio. Tiempo ha que la literatura se ha comercializado. Sólo importa vender. Y se promociona lo que se vende. Tanto vendes tanto vales. No hay otro criterio. Además, faltan lectores críticos. Todos, la mayoría, hemos pasado por leer lo que nos han vendido, al menos cuando éramos jóvenes. Pero hay que madurar, y madurar es discriminar. De estas cosas no se habla. ¿Dónde habría que hacerlo, si la mayoría de los medios son casta? Quizá aquí, en pequeños foros. El revuelo que ha montado Gregorio Morán con su libro de crítica cultural es significativo. Espero leerlo pronto. No están acostumbrados a que les saquen los colores. Pero es imprescindible.

Lanza del Vasto

Hojeé este libro por primera vez a los quince o dieciséis años. Luego le perdí el rastro. Siempre lo busqué, pero tardé tres décadas en encontrarlo. Estaba en el fondo de reserva de la biblioteca de San Sebastián, traducido al español. No me decepcionó. Bien al contrario, quedé hechizado con este hombre. En el libro relata un viaje a la India, entre 1936 y 1938, desde Ceilán hasta las fuentes del Ganges, en el Himalaya. Al poco de llegar decide despojarse de su personalidad occidental, de sus ropas y de su dinero. Se trata de un viaje espiritual y ascético. Por el camino permanece una temporada en la comuna de Ghandi, que le impuso su otro nombre “Shantidas”.  Lanza del Vasto, filósofo, peregrino, poeta, escritor y activista de la no violencia fundó en Francia la Comunidad del Arca. En la edición francesa, en su lengua original,  descubrí también la gran calidad literaria de su escritura. Lo que intuí en la adolescencia resultó cierto: este es uno de esos libros de los que no se sale inmune.

Lanza del Vasto, Peregrinación a las fuentes, ed. Seix Barral, 1997.

Historias del mar

Este es uno de los libros más amenos y encantadores de Josep Pla que conozco. Lo compre un día de San Jordi, en un puesto callejero, durante uno de esos extenuantes viajes a Port Aventura que todo padre que se precie se ve obligado a realizar al menos una vez en su vida. Sólo había un ejemplar, el que aparece en la imagen: regalo de Caja Madrid, por cierto. Me apresuré a adquirirlo. Bodegón con peces: sobre la fauna piscícola mediterránea y su cocina. Un viaje frustrado, donde aparece Hermós, un mito planiano (“Cuanto más irrisorio es un pueblo, y menos personas lo habitan, menos se soportan”). Derrelictos, historias de barcos hundidos. Uno de Begur, la cuarta historia. Y, por último, El naufragio del Cala Galiota, análisis de un suceso.

Josep Pla, Cinco historias del mar.

El Ala Oeste

Como no tengo costumbre de ver la televisión, suelo ver las series televisivas con una década o dos de retraso. Estos días he dado cuenta de ocho o nueve capítulos de la segunda parte de El ala Oeste de la Casa Blanca, de la que había visto algún capítulo suelto hace años. Confirmo su excelencia. Al margen de su calidad técnica y artística, la amenidad que consiguen -pese a que en ocasiones los temas son bastante abruptos- es notable. Me llama la atención la defensa a ultranza del sistema político norteamericano, en un continente que está dividido en dos grandes bloques enfrentados: republicanos y demócratas. Ese consenso en torno a la patria, a lo que ellos llaman América es ejemplar. Luego, cuando uno apaga la pantalla y desciende a la actualidad cotidiana, vuelve a la certeza de que el dinero sigue siendo el motor del Imperio (y del resto del mundo) y sospecha, además, que esta serie es un producto del capitalismo para ensalzarse a sí mismo, pero es un producto que uno puede apreciar y disfrutar. Impresionante la actuación de Charlie Seen y fascinante su personaje como presidente de los Estados Unidos de América. Me he tomado unos días de descanso y me prometo nuevos episodios. Descubriendo América.

Eslava Galán

Me interesan los libros divulgativos del historiador Eslava Galán. Acabo de leer La Primera Guerra Mundial contada para escépticos, en edición de bolsillo. Las ideas generales y los hechos más destacados están bien expuestos. Resulta bastante ameno, aunque a veces se pasa un poco con los comentarios jocosos y los chistes. Señala Eslava Galán que las condiciones que impusieron a la derrotada Alemania fueron draconianas pero no alberga duda de que si Alemania hubiera ganado no se habría quedado atrás en cuanto a explotar a los enemigos. Hace hincapié en el sometimiento de las tropas a los intereses tanto de los mandos como, en general, de los grandes industriales y financieros. Los mandos no dudaban en sacrificar cientos de miles de vidas en operaciones suicidas y, lo que es peor, inútiles. El resultado fue una carnicería sin paliativos. Unos 19 millones de muertos, de los cuales sólo 8 millones fueron militares. Y, como en la vida todo es relativo, las cifras resultan poca cosa al lado de los 55-65 millones de muertos de la Segunda Guerra Mundial. Llamativo también el hecho de que los mandamases militares alemanes, cuando vieron la guerra perdida, enviaron a los civiles a rendirse. El káiser puso tierra por medio. En palabras del historiador, los que orquestaron la guerra, es decir, “la rancia aristocracia prusiana aliada con la reciente plutocracia industrial”, tras implantar una dictadura durante los años de la guerra, cedieron el gobierno a los civiles socialdemócratas “para que cargaran con la vergüenza y la responsabilidad de rendir al país.” Cobardes además de asesinos. Ahora a esperar unos meses a que el libro de Eslava Galán sobre la Segunda Guerra lo editen en bolsillo.

Salvador Paniker

Termino Cuaderno de otoño, que es un buen resumen de la filosofía de Salvador Paniker. En general, como toda la obra de este hombre, es muy atractiva. Sólo esa faceta de burgués catalán me resulta ajena. Los capítulos de su rica vida social resultan decepcionantes, todo adquiere un aire pijo que desvirtúa un poco el resto. Pero tampoco puede esperarse que este hombre fuera un anacoreta. Por otra parte, la distancia y el humor siempre le salvan. Las páginas dedicadas a la enfermedad y muerte de su hija son emocionantes. Hacía tiempo que no me sentía tan conmovido por una lectura. –También me resulta extraño esa curiosa necesidad de verbalización de sus relaciones  amorosas. Tiene unas conversaciones con sus amantes que me aturden. Dudo de que sean reales, y no fruto de una recreación literaria. Pero, si son reales, aún me resultan más extrañas.